lunes, 15 de diciembre de 2008
ABÚ NUWAS HONRA SUS DEBERES CONYUGALES
A Abú Nuwas le encantaba recordar anécdotas. "Cuando yo era joven -nos dijo un día- me enamoré hasta el tuétano de un joven de Basora y, estaba como poseído de un ardiente deseo de cortejarlo. Una vez, me tropecé con él en el Mirbad, donde solían reunirse los filósofos. Le rogué que cediese a mi pasión." Si éste es en verdad vuestro deseo, dijo "hallad primero una de esas astutas cantantes tan diestras en su oficio y haced que me reciba". Precisamente entonces acertó a pasar por allí una joven de atractivas formas y él exclamó: "Ahí tenéis una. Precisamente una así quiero. ¿Estáis listo?" Salté y no pude evitar colocar mi mano sobre el brazo de la mujer. Ella empezó a chillar inmediatamente, pidiendo socorro. Se reunió enseguida una multitud que nos rodeaba. Se alzaron algunas manos para agarrarme. Mientras tanto, el joven se había distanciado y le pude ver, no demasiado lejos, intentando contenerse la risa. Tuve que recurrir a todo mi repertorio de argucias para salir de aquel mal paso.
LOS CUENTOS DE SCHERAZADE:
El Sultán Schahiar se enteró de la infidelidad de su esposa y decidió matarla y además decretó que se casaría con una nueva mujer cada noche y que las iría matando a todas al amanecer. A pesar del decreto Scherazade decide casarse con el sultán trazando un inteligente plan. Scherazade empieza a relatar una historia en la noche de bodas, pero decide no concluirla, de esta manera, el sultán que desea saber el final, le perdona la vida por esa noche. Así tras mil y una noches, donde va relatando cuentos inacabados, el sultán Schaiar se apiada y decide no matarla. Scherazade se convertiría entonces en una esposa feliz.
Es necesario ser un león y que coman los lobos tus sobras, y no ser zorro y comer las sobras de los leones.
Un fuerte empresario de la antigüedad tenía una gran caravana de camellos con la cual transportaba mercancías de un país a otro. Su único hijo no era ambicioso, más bien indiferente al entusiasmo de su padre que pretendía del hijo un continuador de su actividad comercial.En una de esas travesías en que el padre acompañado por su hijo, éste observa como un león caza a una gacela y la come parcialmente. También observó que una vez que se retiró el felino, se acercaron los zorros y comieron cómodamente lo que quedó.Este chico sabía de las preocupaciones de su padre por lo complejo de la empresa, de los problemas que debía enfrentar y solucionar diariamente, y pensó en el episodio del león, del riesgo, del esfuerzo y también analizó la simpleza y comodidad del zorro, que sin ningún esfuerzo se pudo alimentar sin arriesgar nada.Cuando regresaron del viaje, el muchacho comenta lo sucedido y reflexiona junto a su padre, agregando que con todo el dinero que tienen podrían vivir sin problemas, ni sobresaltos, más allá de las preocupaciones y peligros, y termina poniendo como un ejemplo la actuación del zorro, a lo que el padre le contesta: "Es necesario ser un león y que coman los zorros tus sobras, y no ser zorro y comer la sobra de los leones."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)